Ángeles


Autor: José Ignacio Serralunga
Director: Israel Criado
Intérpretes: Fede Rey y Jaime Reynolds
Teatro del Arte, Madrid

Agradable sorpresa la que nos espera en el Teatro del Arte de Lavapiés, con este texto con el que se estrenan autor, director e incluso los actores como productores. El Teatro del Arte es una sala muy especial, independiente pero con un tamaño algo más generoso que otras salas micro, y tiene algo de negocio familiar. Si te sonaban estos chicos, es porque otras veces te habían puesto la coca-cola ellos en el bar del teatro.

De todos es conocido el poder escénico de un altar. En esta propuesta la polivalente sala del Teatro del Arte se convierte en una iglesia. Sus bancos, su olor a incienso. Aunque las vidrieras son un poco transgresoras y nos ponen en aviso de que va a haber más tensión dramática que en una eucaristía cualquiera.


Efectivamente, después de la misa, la relación entre el cura (padre Pedro) y el monaguillo (Dante), va a cambiar en varios momentos. El sacerdote parece al principio el más culto y razonable de los dos (pronto se descubre una faceta muy despreciable de Dante), pero a medida que la obra avance, y avanza a un ritmo vertiginoso que se agradece, veremos también las contradicciones y las miserias del Padre Pedro. Son dos personajes que se enfrentan a sus propias contradicciones, que tienen miedo de sí mismos y de sus sentimientos ocultos. De pasada, se revisa el hipócrita papel de la iglesia en la sociedad. El engaño, la mentira, es seguramente la causa y el efecto de la tragedia que se masca en toda la obra.

Un texto muy bien escrito, una escenografía como ya hemos dicho estupenda, que firman los mismos actores-productores y un trabajo actoral muy bueno (Jaime Reynolds tiene un papel más visceral y se luce más que un Fede Rey circunscrito a dos papeles, el de cura que finge siempre un papel y el de ser humano) hacen de esta obra algo prácticamente redondo, que hay que aplaudir por los pocos medios de que dispone.






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