L'ànec salvatge (El pato silvestre)








De Henrik Ibsen.


Dirección Julio Manrique.


Con Andreu Benito, Ivan Benet, Jordi Bosch, Laura Conejero, Pablo Derqui, Miranda Gas, Jordi Llovet, Lluís Marco, Carles Pedragosa, Elena Tarrats.


Notable escenografía de Lluc Castells

En este blog como en todas partes tenemos nuestras filias y nuestras fobias. Entre estas últimas están ciertos autores del cambio de siglo XIX al XX (Chéjov, Ibsen y algún otro), que son muy densos y melodramáticos, suelen hablar de la revolución obrera que se avecinaba, y se dejan influenciar por los ismos característicos de la época, especialmente del simbolismo. Sé que algunos se rasgarán las vestiduras, pero aunque no dudamos de la calidad de estos autores, nos dan siempre una cierta pereza en el momento de decidirnos a ir a verlos.



Nueva oportunidad, pues, a un texto de Ibsen que desconocíamos, porque venía dirigido por Julio Manrique, se hacía en el Lliure y tenía intérpretes de la talla de Pablo Derqui o Ivan Benet.

Bien, pues acertamos al confiar y nos lo pasamos en grande. Una historia en que todos son más o menos felices al principio pero la irrupción de una verdad innecesaria (opuesta a la "mentira vital" de la que habla el personaje de Jordi Bosch) llevada hasta el final desembocará en una tragedia de consecuencias insospechadas.


La escenografía es compleja, y un poco confusa al principio (quizás una astucia del director para reclamar nuestra atención desde el comienzo): ¿por qué tienen que estar tan lejos, detrás de la pared (aunque sea de cristal) los personajes?. En seguida todo cobrará sentido y se aprovecharán todos los detalles de la misma, de un modo mágico y poético: el estudio de fotografía, la casa de los vecinos que está ahí mismo aunque no se vea...

Como no podía ser de otra manera, los actores y actrices están inconmensurables. Siempre hemos sido fans de Pablo Derqui, que arma unos villanos que ya firmaría el mismísimo Shakespeare, aquí moviéndose sutilmente, casi volando o flotando como un ángel exterminador. O de Elena Tarrats, que tiene 23 años e interpreta una preadolescente sin chirriar en ningún momento...Lluis Marco, haciendo del loco que ve la verdad mejor que los cuerdos, o una Laura Conejero a la que hacía tiempo que no teníamos ocasión de admirar. 

Se añaden en esta versión música y canciones en directo, algo que estamos viendo cada vez más en más puestas en escena, y que no sólo enriquece sino que da una nueva dimensión, más contemporánea, al texto. Cole Porter siempre le sienta bien al melodrama, y lo actualiza.

Nuevo triunfo para Julio Manrique y su equipo habitual. No les digo que vayan a verla porque ya agotaron entradas, pero vigilen por si la reponen por algún sitio.

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