E.V.A.



de Marc Artigau, Cristina Genebat y Julio Manrique
Con Rosa Gàmiz, Carolina Morro, Marta Pérez, Carme Pla, Albert Ribalta, Jordi Rico y Àgata Roca.
Dirigida por Julio Manrique

El Pavón/Teatro Kamikaze, Madrid


La compañía T de Teatre celebra sus 25 años de historia con esta comedia agridulce que de alguna manera se autohomenajea (el personaje de Ágata Roca es Ágata Roca, se habla de la fundación del grupo...) pero es a la vez una obra totalmente nueva, escrita y pensada para ellas, y que es bastante redonda: todo cuadra y los juegos de palabras y las contradicciones internas de los personajes se resuelven con gran elegancia y saber hacer escénico. Detrás de ello están grandes de la escena catalana.

E.V. A. es la escala visual análógica del dolor, del uno al 10, pero también es el nombre de la hija de una de las protagonistas, destinada sin ella saberlo a empezar de nuevo, a ser una nueva madre de un futuro que ya está ahí: adquirirá un protagonismo inesperado al final. Una actriz neurótica, una anestesista que no puede paliar su dolor más profundo, el de su alma. El síndrome de Estocolmo explicado desde Estocolmo.... La sabiduria zen, cómo el bien y el mal suelen presentarse a la vez. Una profesora de historia y una vendedora de pisos. Un armario mucho más profundo de lo que parece, un auxiliar de enfermería que admira a los pelícanos... Todas estas pequeñas historia consiguen armonizarse y unificarse al final.

Las interpretaciones (no nos sorprende) están a la altura de la historia, geniales. Como curiosidad, ellos cambian de papel y ellas no. Los cambios de escena son muy dinámicos, con una escenografía que parece muy sencilla pero que da mucho de sí.

No es el teatro más innovador del mundo ni el más clásico tampoco, pero es muy bueno y poderoso, de esas historias que crean afición. Dos horas que pasan volando, entre risas y lágrimas. Felicidades y esperamos que cumplan 25 años más.





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