Rinoceronte

De Eugène Ionesco

Con José Luis Alcobendas, Ester Bellver, Fernando Cayo, Bruno Ciordia, Paco Déniz, Chupi Llorente,Mona Martínez, Paco Ochoa, Fernanda Orazi, Juan Antonio Quintana, Juan Carlos Talavera,Janfri Topera, Pepe Viyuela, Pepa Zaragoza

Dirección y versión de Ernesto Caballero.

Teatro Maria Guerrero (Centro Dramático Nacional)

Uno de los platos fuertes de esta temporada es sin duda este Rinoceronte que nos propone el mismísimo director del Centro Dramático Nacional.


En una ciudad de provincias, las personas empiezan a convertirse en rinocerontes frente a la mirada atónita de Berenger, el protagonista, que no sólo no se convierte en paquidermo sino que se resiste con todas sus fuerzas a que algo parecido le suceda a él. Esta parábola sobre el totalitarismo, o sobre la necesidad de pertenencia a una manada si se prefiere, sigue vigentísima hoy en día, y una de las primeros aciertos de esta versión es que se le ha sabido dar un toque contemporáneo (la ropa, la hábil traducción, la escenografía que cambia (no solamente el atrezzo y el espacio, también el concepto de la misma: en la primera parte los personajes viven en la cuarta pared con una telón blanco en el escenario...) en cada acto, pero al mismo tiempo también destila ese sabor de teatro clásico. Sabemos, en definitiva, que el sentimiento de la obra nos habla de una época determinada (zeitgeist), pero también de que la naturaleza humana es propensa a buscarse una identidad colectiva tanto como una individual, y las reacciones, tendencias, y razonamientos de los personajes nos son tremendamente familiares.


Y es que, aunque la historia no se repite, ciertos aspectos de la condición humana si que se van repitiendo a lo largo del tiempo.


Las interpretaciones son bestiales (el adjetivo no es casual aquí), y vale la pena detenernos un poco en explicar qué es lo que más nos ha gustado.

En primer lugar todo el elenco, puede parecer un tópico pero están todos estupendos y maravillosos con su trabajo de equipo, (al principio de la obra, suceden cosas simultáneamente en diferentes puntos del teatro y la coordinación que eso supone es colosal: bravo por ellos).

Cabe destacar también el trabajo de Fernando Cayo, que se transforma frente al público en Rinoceronte en el segundo acto en lo que viene a ser lo que se llama un tour de force nada efectista y sí muy eficaz. Un actorazo en toda regla, de gran potencia y que merece los mejores papeles posibles.

Y por supuesto no podemos dejar de mencionar a Pepe Viyuela, un Berenger alcoholizado, pero muy "vecino de la puerta de al lado", identificable desde el primer momento y cuyo personaje va adquiriendo fuerza y centralidad dramática a lo largo de la obra. No conocía a este actor en teatro pero también se revela aquí como un gran descubrimiento para mí, y espero que siga trabajando así de bien para poder deleitarnos.

Hay más, hay mucho más todavía en esta producción: las diferentes formas en que aparecen los rinocerontes, más animalizados o personificados según el momento, los personajes secundarios con sus historias a medio insinuar, la fugaz aparición de la música rap...

Esperemos que vaya de gira y que lo pueda disfrutar el máximo de gente.





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