Love's Labour's Lost




De William Shakespeare

Royal Shakespeare Company (RSC)

Dirección: Christopher Luscombe

Intérpretes: Sam Alexander, John Arthur, William Belchambers, Paige Carter, Rebecca Collingwood, Nick Harris, Nick Haverson, John Hodgkinson, Tunji Kasim, Emma Manton, Chris McCalphy, Peter McGovern, Chris Nayak, Jamie Newall, Steven Pacey, Roderick Smith, Jamie Tyler, Harry Waller, Anna Wheatley and Leah Whitaker.

Música adicional de Nigel Hess

Theatre Royal Haymarket (Londres)


Increíble la gozada de poder disfrutar de esta comedia, divertida como pocas, con la familiaridad que aporta haberla visto ya dos veces y por tanto no tener que preocuparse de seguir la trama (aquí, entera y por tanto con la subtrama del caballero Armado incluida). Los mejores actores del mundo, los ingleses, se forman en su mayoría o pasan en algún momento por esta compañía, la RSC.

El verso shakesperiano siempre suena mejor como es obvio en la lengua original, y se saborea en toda su riqueza e intensidad gracias a la cuidadísima dicción de los comediantes y su fantástico trabajo interetativo. En esta ocasión la trama se traslada a una indefinida época parecida a la Inglaterra de entreguerras y se incluyen canciones y música en directo con arreglos contemporáneos.


La guerra de los sexos, en todo su esplendor, se desata cuando el rey y sus caballeros más destacados del reino de Navarre deciden dedicar tres años de su vida al ayuno, el estudio y (¡ay!) la abstinencia sexual con el fin de fortalecer sus espíritus. La princesa heredera de Francia y sus tres damas de honor llegan al día siguiente en misión diplomática. 

La acción se enriquece con la trama secundaria de don Armado, un caballero español (divertido oírlo hablar en inglés isabelino con acento español, una suerte de Manuel de Fawlty Towers) que agasaja a las damas con una función de teatro, Los nueve paladines, basada en héroes de la antigüedad, involucrando en ésta a su fiel criado, al alguacil y al maestro de la escuela local. Toda la acción es por lo tanto muy refinada e intelectual y los actores y actrices, como ya hemos dicho son de lo mejor de la escena internacional.  La escenografía también es sorprendente, ya que empieza como una continuación del decimonónico teatro donde se representa la función, con una biblioteca y una bola del mundo metáforas del conocimiento al que aspiran los nobles caballeros, pero en el segundo acto empieza a cambiar para representar un bosque, las afueras de la ciudad, un tejado del palacio, el salón de baile... en un sutil juego de cambios. El efecto se multiplica sorpendentemente en la representación de los paladines, cuando la improvisada compañía de teatro amateur utiliza efectos más ramplones pero mucho más divertidos, para representar las hazañas de Hércules o de Odiseo.

Desde el primer momento, actores y público entran en una comunión de goce, de disfrute artístico y las dos horas y media de espectáculo pasan volando. De esas funciones que justifican por sí solas un viaje a Londres, hay que ver a esta compañía al menos una vez en la vida.



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