L'encarregat


de Harold Pinter
Con Carles Martínez, Albert Pérez y Marc Rodriguez o Jacob Torres
dirección de Xicu Masó
Teatre Lliure, Espai Lliure

Una gozada de Harold Pinter, The Caretaker, llega al Lliure, y como no podía ser de otra manera, no nos decepciona en absoluto. Ni el texto, ni el trabajo de los artistas.

Un mendigo es acogido por un hombre en su lúgubre morada, llena de trastos inútiles. En realidad, el habitáculo es propiedad del hermano de este último, en apariencia el más normal de los tres. Pronto descubriremos que el vagabundo es un racista, un mentiroso y unas cuantas cosas más, pero es sólo el principio de la historia.

Una historia que se va revelando poco a poco, como en todo el teatro de Pinter impregnado por el absurdo, y que versa de las cosas más básicas de la vida: la necesidad de dormir, de calzar, de oler bien, por ejemplo. Pero de muchas más, y este es el gran mérito del Nobel de literatura, de temas que nunca antes se habían puesto sobre un escenario y que nos los planta ahí, frente a nuestras narices, para que reflexionemos. Pinter nunca nos da respuestas, sino preguntas.

En un espacio acogedor como es el Espai Lliure y una escenografia que nos es familiar y en la que entramos al acceder al teatro, los actores se desenvuelven como pez en el agua y nos fascinan. Como Pinter es hombre de teatro, sabe dar juego a los actores y la dirección de Xicu Masó lo aprovecha. La vis cómica de Albert Pérez, el gran monólogo de Carles Martínez o el dominio de toda la situación que ejemplifica Jacob Torres (el que vi yo en el papel de Miki, el hermano que vive fuera).


Gran acierto del Lliure reponer esta pequeña gran obra.

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