El eunuco




AUTORES: Jordi Sánchez y Pep Anton Gómez (versión libre de la obra homónima de Terencio)
DIRECCIÓN MUSICAL: Tao Gutiérrez
DIRECCIÓN: Pep Anton Gómez
REPARTO:
Pepón Nieto (Fanfa)
Anabel Alonso (Thais)
Alejo Sauras (Lindus)
Jorge Calvo (Parmenón)
Antonio Pagudo (Fedrias)
Marta Fernández-Muro (Filipa)
María Ordóñez (Pánfila)
Jordi Vidal (Pelotus)
Eduardo Mayo (Cilindro)


En gira, visto en el teatro de La Latina de Madrid



Un reparto estelar para una buena idea: transformar el clásico Terenciano en un musical (imperfecto pero curioso: en la primera parte no se canta y en la segunda el apoteosis de canciones y baile va in crescendo). Han colaborado Asier Etxeandía en las músicas y Chevi Muraday en las coreografías, mucho talento en juego.

Puede sorprender al neófito el tono arrevistado, molinero del texto. No se trata sólo de la opción de los adaptadores, ya que los autores latinos solían ambientar las comedias como esta en Grecia para librarse de la censura (aquí en Roma no pasa esto) y para exagerar, parodiarlo todo sin que los espectadores pudieran pensar que aquello que veían era falso o poco exacto. La parodia, la farsa, están en el germen de la obra. Cuando Anabel Alonso salta la cuarta pared de Terencio para dialogar con el público nos recuerda a Lita Claver, "la Maña" del El Molino. Por otro lado el teatro de esa época también tenía música.
Y entre risa y risa, crítica social y materia para pensar: cómo vivían los esclavos (el propio Terencio fue un esclavo antes de que su dueño lo manumitiera), la desgracia de las prostitutas cuando envejecen, la doble vida que llevan algunas personas en su sexualidad, cómo y por qué poderoso caballero es don dinero...etc, etc.
Como decíamos antes, aparte de ser conocido y famoso, el elenco lo da todo absolutamente en dos horas y media de función. Cantan bien, además, es difícil destacar a alguien en concreto y resuelven muy bien cada una de las escenas. Una escenografía que es como un cubo de Rubik desmontable por dentro aporta originalidad, versatilidad y transportabilidad (esta producción empezó en el festival de Mérida el verano pasado y no ha parado de girar: aún sigue).
Sólo dos objeciones: la música enlatada (aunque seguramente rebajó considerablemente el precio de nuestra entrada) y que vendan palomitas en el teatro la Latina.
Una producción para el gran público, divertida y con mucho gancho pero de innegable calidad, que no sólo de Antígonas, Medeas y Edipos vive el teatro grecorromano. Se anuncian nada menos que dos Medeas para la temporada que viene, ¿es que no hay imaginación? ¿Donde están los otros textos maravillosos como éste?

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