A España no la va a conocer ni la madre que la parió
De Lucía Carballal y Víctor Sánchez Rodríguez
Con Carlos Amador, Lorena López, Lara Salvador, Bruno Tamarit, Silvia Valero
Dirigida por Víctor Sánchez Rodríguez
Estrenada en el teatro Talia de Valencia en 2016
Tiene grandes escenas, como el momento cuñado de la primera parte, o la presentación a lo TED talk de la segunda parte.
En realidad tiene tantos grandes momentos que desde que estoy viendo teatro en televisión, esta obra es la que me ha gustado más. Felicidades.
Estrenada en el teatro Talia de Valencia en 2016
Una sorpresa muy agradable la que nos ha dado Wichita, esta compañía valenciana, que giró por toda España entre 2016 y 2018.
Un panorama del cambio generacional es España en los últimos 40 años, aprovechando la celebérrima frase de Alfonso Guerra. Empieza con la victoria de Felipe González en 1982 y acaba en una actualidad poblada de hipsters, gentes que ha estudiado fuera y barrios gentrificados. Todo ello desde un punto de vista de izquierdas pero muy autocrítico.
La primera parte se llama Los padres y asistimos a la descomposición de una figura, que no vemos: la abuela comunista, que se niega a salir del sótano para no ver la subida al poder de un socialismo que según ella no lo es. Una parienta drogadicta se encargará de cuidarla, al marcharse los hijos a vivir a las afueras, con sus respectivas hipotecas.
En la segunda, los hijos, ambientada en la actualidad, los nietos de esa abuela deciden qué hacer con la casa que les ha dejado en herencia.
Historia muy bien explicada, pero no evidente, para que el espectador se enganche y deje fluir sus neuronas, a la vez divertida y muy fácil de reconocer. Es muy bonito el trabajo de los actores, que hacen papeles radicalmente distintos en una y otra parte, convenciendo sobradamente en ambas. No se parecen en nada, por ejemplo, un señor de izquierdas pero un poco machista porque en esa época todos lo son, a un moderno primaveras que quiere abrir un local sin que se sepa muy bien qué es, pero Carlos Amador lo consigue.
Tiene grandes escenas, como el momento cuñado de la primera parte, o la presentación a lo TED talk de la segunda parte.
En realidad tiene tantos grandes momentos que desde que estoy viendo teatro en televisión, esta obra es la que me ha gustado más. Felicidades.
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