Cae una catedral

 



Interpretación y dirección: Federico Lehmann y Matías Milanese

Texto: Federico Lehmann

Producción: Los Pipis Teatro y Fundación Proa

El Umbral de Primavera, Madrid

Auténtico recital interpretativo el de los Pipis en el Umbral.

Hay muchas cosas que contar sobre este trabajo, que nos ha gustado mucho más que el anterior que vimos, lo cual ya es mucho decir.

Como si fuera una continuación de el mecanismo, la obra nos narra la ruptura sentimental de los dos intérpretes (afortunadamente siguen como pareja artística) con una metáfora del paso del tiempo. A uno de ellos (Federico) le están desapareciendo partes del cuerpo en lo que parece una enfermedad irreversible, mientras el otro (Matías) viaja a Buenos Aires para cuidar de él y para otro propósito inesperado: conocer a la madre gestante de su futuro hijo.

La historia transcurre en varias escenas ("días") cada una de ellas con su pequeña crónica de reencuentro y despedida y de esperanza pese a todo. Cada escena tiene también su propio registro interpretativo, y éste es uno de los aspectos que mejor valoro, donde demuestran su versatilidad, sus recursos infinitos y su energía de un modo más completo.

Hay que destacar mucho también el gran trabajo físico, donde ponen sus cuerpos, y su excelente forma, al servicio del texto cayendo al suelo, entrecruzandose, bailando y de cien mil modos más que deslumbran a los espectadores.

Finalmente, un texto muy bien compuesto, me atrevería a decir que no le falta ni le sobra nada, con guiños al público y pinceladas de metateatralidad que desmitifican un posible exceso en tomarse en serio a sí mismos.

No había oido un aplauso más cerrado ni más largo en el Umbral. Son maravillosos y como dije la primera vez que los vi, perdérsela es crimen.



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