Jerusalem


de Jez Butterworth

Con Chantal Aimée, Pere Arquillué, Guillem Balart, Pablo Carretero, Anna Castells, Adrian Grösser, David Olivares, Tomás Pérez, Víctor Pi, Robert Plugaru, Clara de Ramon, Albert Ribalta, Marc Rodríguez y Elena Tarrats.


Dirigido por Julio Manrique

Teatrro Valle-Inclán, Madrid

Si fuéramos ingleses, el nombre 'Jerusalem' nos conectaría rápidamente con una cancioncita popular de William Blake, himno oficioso del país con la capacidad de activar ese simbolismo patriótico entre romántico y mitológico. Este es un sustrato fundamental para entender el éxito internacional de Jez Butterworth de 2009.

Es una obra que da para un sesudo comentario de texto: las mitologías del bosque en la literatura inglesa, la tradición que hunde sus raices en la campiña y que desaparece a golpe de urbanizaciones idílicas a la manera estadounidense. El héroe para unos o antihéroe para otros que resiste no se sabe muy bien para qué, la cosmogonía de tradicion oral. La unidad casi de teatro clásico, de espacio, de tema y prácticamente de tiempo. No cabe duda de que estamos ante un texto capital.



En el terreno más teatral y artístico, que es el que nos interesa, esta producción también se sale. Una dirección que sabe sacar lo máximo de todos y cada uno de los actores (Victor Pi, Chantal Aimée, Guillem Balart, Adrian Grösser, Marc Rodriguez, Anna Castells) tienen su relevancia particular, cada personaje tiene su matiz y su visión de la situación de la Inglaterra actual. Parecen personajes sacados de Little Britain y muchos de ellos parecen Brexiters, con lo cual podemos entenderlos un poco mejor. Por ejemplo. los dos jovenes: uno tiene esperanza... y emigra hacia Australia, el otro no ve mejor salida que no traspasar los límites del pueblo. Pere Arquillué, Byron "El Gallo", es el protagonista absoluto, arrollador e irresistible, en uno de los papelazos de su vida.

La función dura casi tres horas y se pasa volando pese a que la escenografía, como hemos dicho, apenas cambia. Es una función con mucho nervio y que empieza ya muy trepidante para seguir después por caminos tan vibrantes como insospechados. Definitivamente a recordar para siempre.


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