Spring Awakening


 

Musical basado en la obra de teatro homónima de Frank Wedekind

Música de Duncan Sheik, libreto de Steven Sater

Dynamik Theatre

Greenside at Riddles Court, Edimburgo

El despertar de la primavera se refiere metafóricamente a la llegada a la adolescencia de unos niños que, en una sociedad tremendamente puritana, tienen cero o casi cero conocimientos de sexualidad, con consecuencias dramáticas.

Esta historia tan polémica de finales del siglo XIX (y que se pudo ver en Barcelona en el pasado remoto con Josep Maria Flotats al frente de la dirección) se convirtió inesperadamente en un musical: primero off-Broadway, y enseguida en los grandes teatros. La buena música y supongo, porque no puede verla entonces, la buena producción la llevaron al éxito y los premios casi instantaneámente. Teníamos mucho interés en verla (que yo sepa no se hizo en España) y por fin hemos podido hacerlo en Edimburgo.

Producción de pequeño formato pero "bendecida" (autorizada) por los poseedores de los derechos, me cuentan que innova poco (poco se puede hacer en las minúsculas salas que a veces albergan el Fringe), pero la verdad es que ni falta que hace. De nuevo cabe rendirse ante estos intérpretes, aquí también cantantes.

Las voces individuales son maravillosas y cuando cantan juntos el coro es armonioso y bello. La música es en directo y el equilibrio de sonido entre voces y orquesta es perfecto. Rizando el rizo, el teclista se integra en la acción cuando no debe tocar su instrumento. Los protagonistas, Melchior, Wenda y Moritz, son para quedarse a verlos actuar y cantar tres horas más si hace falta. El espacio pequeño, a veces incómodo, hay que decirlo también aunque no sea culpa de la compañía, se compensa con una intimidad y cercanía que a mi me conmovió en más de una ocasión.

Sin duda, de lo mejorcito del Fringe de este año. Me apunto el nombre de Dynamik Theatre, un grupo de teatro de West Midlands en Inglaterra.

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