Consentimiento




De Nina Raine
Con David Lorente, Nieve de Medina, María Morales, Jesús Noguero, Candela Peña, Pere Ponce y Clara Sanchis
Versión y dirección de Magüi Mira

Teatro Valle Inclán, Madrid

Una obra estrenada justo el año pasado en el National Theatre de Londres, y ya la tenemos aquí, traducida y adaptada. Una prueba de su buena calidad, muy inteligente y bien trazada. Se podría decir que es un texto impecable: las casi tres horas que dura pasan bien porque permite que los personajes sean profundos como en una novela y que la segunda parte nos sorprenda, cuando pensábamos que ya se había dicho todo lo que se quería decir en la primera. 

Los personajes masculinos son abogados y jueces de lo criminal, gente de éxito que se encarga sobretodo de delitos sexuales. Pronto descubriremos que poco tienen de ejemplares y nos preguntaremos si estamos en buenas manos. Los personajes femeninos son una abogada, una editora, una actriz y una mujer que ha sido violada. ¿Cómo se establece, se calibra, el consentimiento? ¿Por qué debería ser mejor un juez o un fiscal para evaluarlo? ¿Puede el lenguaje cambiar los hechos? ¿Hasta que punto son diferentes las vidas personales de las profesionales? Todos estos, y más, son los temas de los que se habla en esta obra.

El trabajo de los actores es sobresaliente. Jesús Noguero, Candela Peña y Nieve de Medina tienen un poco más de texto y quizá por ello sobresalen, pero son todos unos fuera de serie. Las discusiones matrimoniales tienen una fuerza brutal, así como la desoladora incomprensión que sufre la mujer violada. No nos ha gustado la disposición escénica en gradas, que está muy de moda ahora y que exige, a nuestro parecer, una delicada coreografía de actores y actrices para que estén en todas partes a la vez y los veamos en todo momento. No sucede esto aquí, y sentimos que nos perdiamos cosas en algún momento (en nuestro caso, por ejemplo, Candela Peña miraba hacia otra parte del público en la escena final y no apreciábamos sus expresiones: la entrada costaba 25 €, y creemos que teníamos derecho a verlo bien y de modo completo). Se suele decir que esta colocación de asientos favorece la proximidad del público pero aquí no se ha conseguido este efecto.


 Con todo, ha valido la pena estar ahí. Un texto que perdurará y unos actores en estado de gracia.


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