Boris the third



Escrita y dirigida por Adam Meggido

Compañía: Something for the weekend

Pleasance Courtyard, Edimburgo.

¡Dadme una espada de verdad!


En sus años en la universidad de Eton, Boris Jonson participó en un grupo de teatro que representó Richard the III y no se aprendió sus lineas. A partir de esta anécdota, Adam Meggido crea un trabajo muy potente y que encandila a todo el público.

En el primer acto, durante los ensayos, aparecen los rasgos de su personalidad que en nuestro días le han hecho tristemente célebre: mujeriego, mentiroso, borrachín, fiestero y poco empático. En la segunda parte, ya una play within a play, se desata la carcajada al ver com se concretan todos los errores que se adivinaban en los ensayos. Lo vemos en dos planos, por delante y por detrás, que incluye la hilarante persecución que sufre por parte de su novia oficial y el novio de la chica con la que se acuesta de la que le salva, paradójicamente, la propia actuación.

Este es un género muy británico, la farce o farsa, una sátira muy mordaz que consiste básicamente en llevar la hipérbole hasta el absurdo y que sería impensable en España. Un poco en la línea de Spitting Image. Está claro que funciona superbien y garantiza un buen rato.

Se parece más, es verdad, a una pizza que a un elaborado plato gastronómico con espumas, deconstrucciones y esferificaciones. Pero ¿a quien no le gusta una buena pizza?.

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