Johnny Chico

 

de Stephen House

Con Víctor Palmero

Dirigido por Eduard Costa

Teatro Lara, Madrid

Johnny, un chico de orígenes marginales, va saliendo del armario y consigue llegar a la gran ciudad, símbolo de libertad. Vamos viendo diferentes etapas: la homofobia interiorizada, la huida de casa, el internamiento en un centro, la prostitución tan fácil para un chico joven, el contacto con las drogas, la fascinación (y más) por la estética queer, la homofobia... quizá alguno de ellos parezca un lugar común (según alguno de mis acompañantes), pero yo creo que están ahí para denunciarlos y deconstruirlos. Ya dice el protagonista al final. "Cuando se desnuda, todo el mundo es igual".

El auténtico privilegio de acudir a ver este montaje es Víctor Palmero, que deleita y hasta abruma (por el tamaño de la sala pequeña del Lara) de lo bien que lo hace, por cómo encarna no solo a Johnny sino a los variopintos personajes que se cruzan en su vida. Es imposible no reír o no llorar (a veces casi al mismo tiempo) con esas interpretaciones, en un texto traducido (y yo me atrevería a decir mejorado) por él mismo.

Llena todas las representaciones y acaba de prorrogar. Quizá el espectáculo sorpresa del off de este año, esperamos que le lluevan los premios y los éxitos.


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