Sade, una velada incómoda

 




De Matías Puricelli y Nicolás Pérez Acosta
Con Juan Ignacio Gé y Nicolás Pérez Acosta 
 
Dirigida por Matías Puricelli
 
El Umbral de Primavera, Madrid 
 
Asistimos, desde muy cerca y también desde muy dentro, a la ¿locura? del Marqués de Sade, demasiado libre para no expresar sus deseos o para no no ser honesto consigo mismo. Convencido de que "el vicio siempre es recompensado y la virtud siempre castigada", claramente no encajaba en el espíritu de su época y pagó por ello en el sanatorio mental.

Nicolás Pérez Acosta, ayudado por Juan Ignacio Gé que hace de sirviente/aprendiz del Marqués, llega al sublime cielo interpretativo con este trabajo. Resulta desmesurado su personaje, pero es que debe ser así. Él no es excesivo, pero aquí sabe ponerse a la altura. No hay gesto, movimiento o expresión que resulte superfluo en este trabajo, en el que seguro que la dirección también ha tenido mucho que ver.

La disposición escénica (nos encanta la flexibilidad de la que goza la Sala para estas cosas) facilita enormemente la cercanía al personaje y con ello a su alma, que como decíamos al principio podemos entender.

Un gran trabajo.

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